Y en ese momento
comprendiste. En un abrir y cerrar de ojos, todos los momentos en los que te sentiste perdido, inseguro y confuso cobraron sentido. Reconociste todos y cada uno de los momentos en los que dejaste que el
miedo controlase tu vida. El miedo a no ser suficiente, el miedo a no ser capaz, el miedo a (volver) a estar solo, el miedo al olvido.
Y del mismo modo que viste todos estos momentos pasar delante tus ojos, del mismo modo en el que volviste a sentir todas y cada una de las
heridas que creiste cerradas, te diste cuenta de otra cosa. Te diste cuenta de lo que estos momentos te habian
enseñado. Te viste a ti mismo luchando contra lo que te hace débil, te viste a ti mismo
caer mil veces y
levantarte mil veces más, apretando los dientes y diciendote a ti mismo que no existen razones para tener miedo, pues el miedo, así como todas las cosas que has sentido durante tu vida, forma parte de ti mismo del mismo modo que la muerte forma parte de tu
vida.Y cuando fuiste capaz de
liberarte de esta carga, cuando fuiste capaz de ser justo y de mirarte al espejo viste que no eres la misma persona que hace 2 meses, ni la misma que hace 6 meses y mucho menos eres la misma persona que hace 2 años. Te has convertido en algo mejor, más consciente, más capaz, más fuerte y más valiente.
Es normal que ahora mismo no sepas donde dirigirte, en poco tiempo han
cambiado muchisimas cosas en tu vida y sientes que necesitas tiempo para poder volver a encajar todas las piezas. Sin embargo, has sido capaz de construir una serie de cosas, de olvidarte del miedo que te mata por dentro y dar la cara, de disfrutar de una serie de cosas que hasta entonces se te antojaban como prohibidas y de tener el valor y la fuerza de intentar a volver a vivir tu vida, con todas las
consecuencias que ello conlleva. Y el motivo de todo ello, es que has sido capaz de hacer todas estas cosas porque que has
elegido serlo.
Sabes que se acercan tiempos difíciles, en los que deberás demostrar
(te) que eres digno de la vida que quieres llevar, en los que deberás enfrentarte a ti mismo una y otra vez. Y
fracasarás, fracasarás una y otra vez, caerás al suelo, imploraras clemencia, e intentarás convecerte de que la vida que quieres no es digna de ti. Pero en esos momentos recordarás todos los momentos vividos, todas las promesas cumplidas y todos lo que has sido capaz de
construir.
Y después de eso, serás capaz de volver a levantarte, recordarás que detrás de cada
herida hay una
lección para aprender y, finalmente, serás capaz de convertir todos y cada uno de los fracasos en un
éxito.